sábado, 14 de agosto de 2010

De próxima aparición: "Las amarillentas páginas del tiempo", de Rayzel


      
     La experiencia de aprender es un arte delicado que no se termina de pulir nunca. Sólo quien sabe qué le falta saber, puede llegar a ser sabio y poder admirarse de la belleza de una flor o del canto de un gorrión.”
                                    Gabriel Jurjevic
       Este trabajo, que la gentileza de Rosa  Giménez pone en mis manos para ser prologado, tiene la lozanía de lo que carece de rebuscamientos y se muestra con toda diafanidad en sus recuerdos e  imágenes de retazos de su vida, rica en experiencias sensitivas.
     ¿Quién no tiene en algún rinconcito un baúl de los recuerdos? La autora expone aquí sus vivencias como adolescente (¡que época tan difícil y contradictoria!), como persona adulta con aciertos y desaciertos y sobre todo, su etapa de madre, la más plena, la etapa que a toda mujer sensible le dibuja una sonrisa cualquier alusión a esos seres parte de una misma.
     Estos relatos, escritos desde la profundidad del alma, harán sonreír a la joven o al muchacho que se encuentre con ellos y  suspirar con melancolía a los mayorcitos como yo.  





                                           Alda Williams




2 comentarios:

Unknown dijo...

Agradezco enormemente a mi amiga patagónica de toda la vida, ( la conozco desde que estoy en estas latitudes) Es un honor que haya prologado mi libro.

carla dijo...

Claro que si, el libro presenta una narraciòn emotiva y muy personal..pero a la vez cercana a todos.
Atreverse a ejecutar una labor literaria como esta es un gran desafio...y Rosy se atreviò.